martes, 30 de septiembre de 2014

CIII

En el vagón de metro
concretamente en la estación de Colombia
sentada enfrente mío
iba una chica con un teléfono-mp3
escuchando música

tenía el pelo castaño recogido en una coleta
los ojos azules, vaqueros y una sudadera azul

iba sin pintar, ni falta que hacía


bien, como iba diciendo
ella escuchaba música 
y yo leía Bakuman
cuando
de repente le entró una llamada

( debo añadir que su cara seria 
era producto de los acordes,
lo sé porque yo hago lo mismo
cuando escucho algo
que me encanta)

le entró una llamada
y la sonrisa brotó salvaje
como una primavera de noviembre

fue entonces cuando la gente
comenzó a bajarse del tren, 
tropezaban unos con otros 
en el intento
aporreaban las puertas


creo que yo fui el único que permaneció en el vagón
ante semejante manifestación de alegría.

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