viernes, 30 de enero de 2015

CCLXXXV

Empobrece el discurso aquel que enumera compulsivamente, para seguir adelante con la exposición. Como si vomitando las veces que ha leído El Ulises de Joyce o ha visto las películas de Haneke, ganase por Ko un combate que solo existe en su mente. 
Me exasperan los pedantes que se recrean en el conocimiento propio, obviando las mentes que gravitan alrededor. Me da la sensación de que en su fuero interno, analizan el entorno como el que explica el Bosón de Higgs a una pandilla cromañones. 
Me aburren soberanamente.


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