domingo, 12 de abril de 2015

17


Últimamente me gusta salir a correr cuando falta una hora para que caiga el sol, así mientras voy avanzando, disfruto del cambio de cielo. 
Hoy probando una ruta nueva, terminé en una zona verde bastante descuidada. El camino apenas esbozado estaba lleno de piedras y desniveles, pero alrededor se estiraban majestuosos, decenas de árboles que aportaban el equilibrio propio de la belleza.
Durante la carrera, me han asaltado imágenes de mi reciente viaje a Japón, y me he prometido que más adelante me gustaría volver a visitar todos esos bosques maravillosos que respiré, para atravesarlos de punta a corazón, esta vez corriendo.

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