domingo, 12 de abril de 2015

18

¿Y ahora a qué viene esta tristeza justo antes de dormir?
¿ No es hoy otra noche igual?
¿ Qué tiene de diferente la soledad y el silencio? 
Salgo de la almohada al papel y nada cambia. La habitación sigue siendo exacta. 
No creo en el amor, aunque me veáis defenderlo en los poemas. Llevo tanta soledad acumulada, que las veces que suena la música siempre bailo sin oposición, falto de raza. Soy un bailarín disponible, en todos los carteles me ofrezco. Las posturas y los cuerpos los dejo para el teatro.
No sé jugar al ajedrez. 
Podría hacerme el interesante, sentándome con las piernas abiertas en el metro, jugar al despiste, administrando cada pestaña. 
Venderme caro.

Pero llevo demasiada soledad a las espaldas.

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