jueves, 18 de junio de 2015

70

Cuando uno elige el camino de la creación, se expone a la fractura, al silencio, a la nada. 
No creamos para que nuestra obra sea reconocida. La vida nos suele traer más sillas vacías que respuestas, y sin embargo seguimos, como sigue el árbol, la madre o la sed. No tenemos otra alternativa, llamadlo anatomía de equilibrista, certeza de vuelo o diamante.
Esta es la senda que nos dura toda la vida.


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