viernes, 10 de julio de 2015

95

El hombre, quizás afectado por el calor, 
la desigualdad social, el silencio de los cuerpos, 
la soledad y la sangre, el ruido 
arrojó el móvil contra el sofá
y apretó con fuerza un cojín contra sus teclas. 
Esperó 5, quizás 7 minutos 
hasta que el sistema operativo dejó de respirar.


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